Sesiones de Tarot
La vida nos ofrece cada día una caja de bombones, tal como en aquella escena inolvidable de la película de Tom Hanks: ante nosotros, un abanico de opciones, misteriosas y tentadoras, ocultas tras el brillo dulce del envoltorio. Pero no es solo el placer inmediato lo que se despliega al elegir, sino el compromiso profundo que esa elección implica.
Porque, como nos recuerda el arcano XII, el Colgado, la verdadera aventura no es solo el camino que tomamos, sino la esclavitud que aceptamos al decidir. Elegir es entregarse. Y en ese acto de entrega, nos hacemos cautivos no solo de la experiencia que hemos escogido vivir, sino también de lo que hemos dejado afuera: todo aquello que, por decir sí a una opción, quedó fuera del alcance.
Cada elección, entonces, es una doble cadena. Nos ata por un lado a lo que ganamos, y por otro, a lo que perdemos. La libertad misma se revela paradójica: es la llave que abre la puerta, pero también la que cierra las otras. Así, la vida no solo sucede, sino que nos sucede a partir de lo que aceptamos ser esclavos, de aquello a lo que nos atamos con la fuerza de nuestra voluntad.
En ese sentido, cada día es un cruce profundo, un ritual silencioso donde, ante la caja de bombones, no solo elegimos un dulce, sino el destino que estaremos dispuestos a sostener, con sus dones y sus renuncias, con su éxtasis y su sombra. Ser conscientes de que lo ‘malo’ que nos sucede es parte del viaje, parte del crecimiento personal, parte de la experiencia, nos empodera, soliviana sufrimiento y nos abre los ojos para hacer foco en el sentido.



El proceso de transformación interior, como una danza sagrada, se despliega en cadena a través de los Arcanos X, XI y XII, revelando el tránsito profundo que articula la muerte de lo viejo, la fuerza de la voluntad y la entrega consciente que abre paso a lo nuevo.
El Arcano 10, La Rueda de la Fortuna, nos confronta con la inevitable rueda del destino. Aquí se manifiestan los ciclos que giran sin descanso, la ley del cambio constante, el ritmo inexorable de la vida y la muerte que se suceden. La Rueda nos saca del falso sentido de permanencia, desestabiliza las certezas y nos coloca ante la fluidez del universo. Es el giro necesario que desencadena la crisis y el movimiento.
Entonces aparece el Arcano 11, La Fuerza, que no es solo fuerza bruta, sino la potencia del dominio interno. Es la energía que calma la bestia interior, que doma la ansiedad y el miedo, que permite sostener la mirada en la incertidumbre que la Rueda trajo. La Fuerza trabaja en la tensión dinámica: no reprime ni evade, sino que integra, transformando el impulso caótico en poder consciente. Es el valor de permanecer en el centro, en el equilibrio del corazón, cuando el mundo gira sin parar.
Finalmente, el Arcano 12, El Colgado, corona esta trilogía transformadora con la entrega y el sacrificio voluntario. Aquí el camino se detiene, pero no es un estancamiento: es una pausa lúcida donde se cambia la perspectiva, se renuncia a las viejas ataduras y se acepta el vacío creativo. El Colgado se suspende entre dos mundos, entre el antes y el después, entre la muerte simbólica y el nacimiento del nuevo ser. Es la alquimia del desapego que permite que el alma se libere para renacer.
Estos tres Arcanos forman una cadena indivisible. La Rueda activa el movimiento, la Fuerza sostiene la transformación, y el Colgado abre el portal hacia la renovación. Solo cuando cada uno cumple su papel en armonía, la alquimia interna se completa y un nuevo camino puede ser trazado, emergiendo desde las cenizas del proceso, fuerte, consciente y lleno de sentido.
Si sentís que es tiempo de tomar decisiones y descubrir qué te está esperando…
Si estas palabras han despertado en ti una chispa de curiosidad, un llamado a mirar dentro y explorar las cadenas que te atan o liberan, te invito a acompañarme en una sesión de tarot. Juntas, navegaremos esos símbolos y arcanos, para que puedas elegir con conciencia tu propio camino y descubrir qué misterio guarda tu caja de bombones. ¿Te animás a comenzar esta aventura?
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Si estas palabras han despertado en ti una chispa de curiosidad, un llamado a mirar dentro y explorar las cadenas que te atan o liberan, te invito a acompañarme en una sesión de tarot. Juntas, navegaremos esos símbolos y arcanos, para que puedas elegir con conciencia tu propio camino y descubrir qué misterio guarda tu caja de bombones. ¿Te animás a comenzar esta aventura?