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El Tarot de Xul

El Tarot de Xul Solar es una obra intrigante que fusiona elementos del arte, la filosofía y la espiritualidad. Su composición revela una cuidadosa atención a los detalles simbólicos, reflejando la profunda comprensión del autor sobre la naturaleza humana y el cosmos.

El plurifacético Xul Solar crea su propio Tarot, al que denomina con “coecos astri”(astrológico), en 1953. Primero dibuja y pinta los 12 signos del zodiaco y plantea un orden alternativo, empezando por Géminis (en lugar de Aries) y terminando en Cáncer (en lugar de Piscis), recorriendo el mandala zodiacal en sentido anti-horario. 

Siguiendo este orden y, en franca comunión de lenguajes simbólicos, Xul no pudo dejar afuera a los cuatro elementos como regentes zodiacales y la numerologia y dispuso las cartas de esta serie en cuatro columnas, asignando tres cartas a cada elemento.  Asi, en la primera columna con un color azul en el borde superior, distinguimos a las cartas asociadas al aire; en la segunda, las cartas de tierra marcadas de la misma forma pero por el amarillo; en la siguiente columna y con rojo, obviamente las de fuego, y en la cuarta, refiriendo a las de agua, el color verde. 

A su vez, y en esta misma disposición, a cada carta le dio un número que sigue el orden de las columnas antes mencionadas con la excepción de que el primero carece del 1 y al llegar al 9, la carta que le sigue es Q y luego & y recién entonces viene el 10. Esta idéntica seguidilla se puede ver en las obras sobre el Arbol de la Vida, llamadas Pan Árbol donde el 10 lo ubica antes del 1 como si tratara de resaltar que es un circuito ciclico, donde el fin también es comienzo y donde el 11 y el 12 son Q y & respectivamente.

Xul Solar se presentaba a sí mismo como astrólogo y, antes que el nombre preguntaba el signo del zodíaco. Quizás de ahi provenga su fascinación por el sistema numérico duodecimal. 

A los signos del zodíaco le sigue una segunda serie de obras harto interesantes, en la que crea otras doce cartas; esta vez seleccionando algunos arcanos mayores del Tarot de Marsella y dándoles una impronta simbólica propia de un gran sincretismo religioso. 

De este modo, las 24 pequeñas obras de Xul Solar pasan a conformar una de sus obras más misteriosas y llamativas: su Tarot Astrológico. Cada una de las cartas fue dibujada con lápiz y luego pintada sobre cartulina y su tamaño es de 9,5 por 5,8 centímetros. De los medievales arcanos mayores del Tarot, Xul sólo elige plasmar con su particular visión a El Mago, El Papa, Los Enamorados, El Carro, El Ermitaño, La Rueda de la Fortuna, La Fuerza, El Colgado, La Luna, El Sol y El Juicio. Quizás, y sólo nos queda especular sobre esto, estos arcanos hayan sido los más representativos de su camino iniciatico en su viaje por el mundo o, los haya elegido teniendo en cuenta cálculos numerológicos. La reproducción a la que hoy tenemos acceso y que es realizada por su Fundación Pan Klub conserva dichas medidas y presentación. Hay una carta, el Arcano 13, que si bien fue creada por Xul, no integra su mazo. Quizás porque al integrarla hubiera roto la perfección duodecimal o quizas porque en una vida con tanta sed creativa era atinado dejar fuera a la muerte

Es imposible hablar de Xul y su obra sin hacer referencia a su lado esotérico pues su fascinación por los saberes herméticos no se limitaba a la astrología. El análisis de las imágenes y los símbolos presentes en el Tarot de Xul Solar revela influencias que van desde la mitología hasta la alquimia, pasando por la astrología y las tradiciones esotéricas. Estos elementos se entrelazan para crear un tapiz rico en significado, que invita al espectador a explorar su propia psique y el universo que lo rodea. Asi, vemos cómo incorpora letras hebreas a las cartas y profundiza en su interés de realizar una comunión entre la cábala y los signos astrológicos agregando dos sefirot más a los diez del Arbol de la vida (nuevamente el doce) en su obra Pan Árbol. 

A un hombre tan creativo, curioso y viajado como Xul, todo lo “pan” (lo transversal, lo universal, un todo común a todo, un saber universal) le fascinaba. En el extranjero tuvo la oportunidad de cruzar caminos con diversos intelectuales y ocultistas conocidos de la época como Aleister Crowley, por lo que es entendible su interés en crear dos lenguas: la “panlengua” y el “neocriollo” que también usó en su particular mazo de Tarot, tal como inventó un “pan ajedez”. 

Xul Solar y Jorge Luis Borges mantuvieron una relación que trascendió la simple amistad, adentrándose en una conexión espiritual y una colaboración creativa enraizada en su fascinación por lo hermético y lo esotérico. Su vínculo se tejió a través de la literatura, el arte y la exploración de cuestiones metafísicas y simbólicas. En la obra literaria de Borges, encontramos referencias sutiles a Xul Solar y su universo creativo. En cuentos como “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, Borges alude a la influencia del artista en la creación de mundos imaginarios y en la reinterpretación de la realidad a través de la simbología y la metafísica. Esta colaboración se extiende más allá de las palabras, ya que Borges y Xul Solar trabajaron juntos en la traducción de textos al esperanto, un idioma creado con la visión de unificar a la humanidad, revelando así su interés compartido por explorar nuevas formas de comunicación y comprensión.

Con Sol y Luna en Sagitario y el Ascendente en Piscis, Xul fue un individuo singular, visionario, filosófico y espiritualmente inclinado, con una profunda pasión por explorar el mundo y expandir los límites de su creatividad. Su arte y su búsqueda personal reflejan la intersección entre la mente racional y la intuición, entre lo terrenal y lo trascendental, de ahi que los lenguajes simbólicos hayan sido su forma natural para expresarse y brillar en el misterio.