La “Quête“ (búsqueda) de los franceses, reflejada en la célebre frase de Mario Benedetti, “cuando tuve todas las respuestas, me cambiaron las preguntas”, encuentra resonancia en la naturaleza misma de la búsqueda humana. Este proceso es especialmente evidente en la cultura francesa, donde la filosofía y la literatura han explorado constantemente las preguntas fundamentales de la existencia. En la literatura francesa, especialmente en la épica medieval y la literatura caballeresca, la “Quête“ se refiere a la búsqueda o la aventura del héroe en busca de un objeto valioso, un ideal o la redención personal como la búsqueda del Santo Grial en las leyendas artúricas o la búsqueda del amor y la justicia en las historias de caballería.
En un sentido más existencial, la “Quête“ puede referirse a la búsqueda del sentido de la vida o la búsqueda de autenticidad y realización personal. Este tema ha sido explorado por filósofos como Jean-Paul Sartre y Albert Camus, quienes examinaron la búsqueda de significado en un mundo aparentemente absurdo y sin sentido.
O, como René Descartes que utilizó la duda metódica para cuestionar todas sus creencias hasta llegar a certezas indudables:
¿Qué es lo que sé con certeza sobre mí mismo y mi vida, y cómo puedo reconstruir mi identidad y propósito a partir de estas certezas?
Al relacionar esto con el tarot, se destaca una interesante paradoja: mientras el consultante busca respuestas definitivas, el tarot, con su leit motiv centrado en las preguntas, sugiere que el valor radica en la exploración constante y en la apertura a lo desconocido. Las cartas del tarot, más que ofrecer respuestas concretas, invitan a formular preguntas esenciales sobre la vida, el destino y la autoexploración. La idea de buscar para que aparezca la pregunta correcta, reside en que la respuesta siempre está dentro de uno, pero al tener la pregunta equivocada en la punta de lengua, eso nos lleva a identificar la solución de nuestra incertidumbre en el afuera, el otro.
En este contexto, la filosofía francesa y el tarot convergen al reconocer la importancia de las preguntas en la búsqueda de significado. Ambos sugieren que la verdadera sabiduría y comprensión se encuentran en la disposición a cuestionar, a explorar sin miedo y a abrazar la incertidumbre como parte integral de la experiencia humana. Así, la “Quête“ se convierte en un viaje continuo, donde las respuestas pueden cambiar, pero las preguntas perduran como guías esenciales en la búsqueda de significado y comprensión de uno mismo y del mundo exterior.
Al cuestionar las certezas fundamentales y explorar los deseos más auténticos, una persona puede encontrar una nueva dirección y propósito en su vida, ayudando a superar el dolor del pasado y avanzar con confianza y claridad hacia el futuro.
Una buena sesión de Tarot, siempre te dejará preguntándote.
Que la pregunta nos mantenga andando.
Obra: ‘El caminante sobre el mar de nubes’, de Caspar David Friedrich